Una conversación que mantenía ayer derivó en esta expresión: «felicidad sospechosa.» En concreto, se hablaba de una persona que siempre estaba sonriente, pero con una sonrias que, al parecer, perturbaba a los que hablaban de esta persona, ya que la veían como una sonrisa irreal en cierto modo.
Es un tema que me ha encantado ya que, estando tan interesado como estoy en «estudiar» la felicidad, ha dado pie a que me pregunte si la felicidad debería ser sospechosa o bien si deberíamos sopechar de la falsa felicidad.
Pongamonos en situación de algo que podría ser esa felicidad sospechosa que hablábamos ayer pero que yo, por motivos que expondré más adelante, llamaré ‘felcidad atípica’: Una persona que siempre, siempre, siempre (o casi siempre, casi siempre, casi siempre) se muestra sonriente y risueña. Opciones:
- A) La primera opción, que dio una de las contertulias allí presente: «Es posible que tenga una cara que de por si siempre tenga expresión feliz y, aunque esté triste, no pueda reflejarlo en el rostro.»
- En ese caso nos planteamos ante la situación estandar de cualquier persona, solo que tenemos una situación de expresión facial que hace que nos planteemos el tema. Es decir, es una situación de pseudo-felicidad atípica.
- B) Gente que finge ser feliz:
- Aquí cabrán mil y una explicaciones… pero soy incapaz de entender qué se gana con ello. ¿Es una manera de autosugestionarse y creer que uno es feliz?¿Es una manera de impresionar?¿Es para atraer gente?¿Para no ‘preocupar’ a los que se encuentran a su alrededor? Uhm… me guardaré esta reflexión para otro hilo (pero os dejo que me respondáis en los comentarios para qué se os ocurre que sirve fingir ser feliz), a fin de que éste (y todos) sea lo más sencillo posible.
- C) Gente que realmente es feliz:
- ¡¡Aleluya!! Contadnos vuestro secreto (Ah, pero… ¡esperad! No hay secreto, no tienen secreto, nos dirán que es sencillo y no queremos creer, pensaremos que algo ocultan). ¿Qué tiene entonces de sospechoso? Pero si se supone que es a lo que aspiramos… Parece que quien lo consigue se vuelva «sospechoso» y haya realizado un pacto con el diablo o algo así para ser feliz
Bueno, pues para mí, ni A, ni B, ni C. Se puede ser felíz y que nos despierte curiosidad, o cuanto menos recelos con respecto a la felicidad ajena, pero eso no es sospechoso, simplemente es una felicidad que nos choca, que no nos esperamos, una felicidad atípica.
Hola, yo creo que una de las participantes de la conversación en la que te viste involucrado anoche pensaba que lo verdaderamente importante de la conversación no trataba de la felicidad, aunque ciertamente el tema se centró en ello.
Desde el punto de vista de esta chica, la felicidad es solo la cáscara, el verdadero debate se centra en unos aspectos más generales relacionados con la psicología humana, o más bien la transparencia. Esto es la bondad, o la carencia de ella, en términos generales. Y es que algunas personas son muy observadoras y en ocasiones, hasta agudas para «calar» a las personas.
He de añadir también que el tema de la sonrisa o la aparente felicidad es totalmente bienvenido en este debate, pues la sonrisa, si no es sincera, algo raro hay…
Ciertamente, desconozco cual es la felicidad y sonrisa de esa persona de la que se hablaba. Pero si algo se puede sacar, desde mi punto de vista, de esta conversación es que las personas honestas, llaman a personas honestas, y como desafortunadamente no todos los seres humanos somos así, hay personas de «sonrisa sospechosa». Que algunas personas pueden calar.
La sonrisa no es solo una sonrisa, es mucho mas, hay personas que, consciente o inconscientemente, tienen en cuenta el aura de esa persona o las sustancias químicas que pueda desprender (desconozco todo proceso químico que pueda estar involucrado).
Damos por hecho que la sonrisa es algo positivo, pero si al aura que acompaña a dicha persona sonriente es negativa, (no digo triste, o melancólica, digo negativa) la impresión que nos da también lo es.
Creo que este es el trasfondo de la conversación: que no se trata de «felicidades sospechosas», si no de «personas sospechosas», aunque he de añadir que obviamente existen los perfiles que expones en la entrada. Del mismo modo que hay personas que desprecian la felicidad ajena causa de su propia infelicidad y amargura.
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http://llamanosraras.blogspot.com.es/2010/09/coeficiente-de-disolucion.html?m=1
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Desde luego, se podrían sacar miles de cosas en claro con conversaciones de este tipo, y por supuesto existen millones de perfiles y no solo tres.
De hecho, la conversación tiró por otros derroteros, pero a mí me dio por pensar en el concepto de la expresión «felicidad sospechosa» sobre la que indagaré un pcoo más en el próximo hilo (de hecho, la idea de los hilos es que se centren en una única caractarística, para que no se enmarañen con otras y nos podamos entender mejor), desde luego puedes sospechar que algo no es acorde con la expresión/actitud que tenga una persona y parecerte sospechoso… ¿pero por qué se asume que la felicidad es sospechosa? O más bien, ¿por qué asumimos de primeras que es felicidad cuando creemos casi seguro que no lo es?
Me parece interesantísimo.
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