Andar por el mundo, con sus blancos, con sus grises, con sus colores apagados y, de pronto, encontrarte en un pasillo lleno de color. Redescubrir los colores del mundo y de la vida, en el sentido más literal, en el sentido más metafórico.
Como ejemplo, los «ladrillos» de abajo a la derecha. Cuando vamos perdiendo el color de la vida, los ladrillos no tienen el color que vemos aquí, es como si estuvieran cubiertos de una gran pátina de polvo. Cuando de pronto, aunque sea a golpe de grafiti, se recuperan todos esos colores, es como descubrir (re-descubrir) que no estábamos viendo bien las cosas, ni el mundo.
Los días en los que me doy cuenta de que creía que veía los colores y mis ojos estaban en modo [saturación: -70%] y reajusto la saturación de los colores, esos días me es imposible no ir por la calle sonriendo como un «tonto»
¡Que vivan los «tontos» que han recuperado los colores de la vida!
Y a ti, ¿Qué te hace sonreír?