La paz… la paz es como un juego de sombras, buscando lo más oscuro en una zona iluminada. Hablo de la paz interior, de eliminar la inquietud, el nerviosismo y dejarse dominar por la tranquilidad del momento en el que estamos en paz, dure lo que dure y lo que tenga que durar.

Es tan complicado de entender, de alcanzar, de explicar y de compartir… Es un tema (como tantos otros) que me despierta especial curiosidad, es ironía en todo su proceso. Decirle a alguien que busque su paz interior es como pedirle que respire involuntariamente: sólo cuando se olvide de respirar (o de buscar la paz, entiéndase el símil), tendrá todo lo que necesita para alcanzarla.

Me gusta ver gente en paz, porque se ve que es gente que dedica su tiempo a cosas harto más fructíferas que buscar la paz. Además, observar gente así me transmite paz propia (he de reconocer que hubo un tiempo en que me dio envidia, pero merece más la pena disfrutar en lugar de envidiar).