Si tuviese que guardar toda mi vida en una carpeta… ¿Qué guardaría en ella?

El otro día llego a urgencias un hombre con una carpeta bajo el brazo. Me llamó la atención que al abrirla, lo primero que se vio era el volante de la libertad condicional (algo que, inevitablemente, condiciona en cierta manera). Pero después, preguntando por sus antecedentes médicos, por su situación social y de apoyo familiar, fue revelándome el contenido de la carpeta. Informes antiguos, la partida de nacimiento, certificados, diplomas, el cargador del movil, un electrocardiograma amarilleado por el tiempo, dos revistas africanas… Por un momento tuve la sensación de que aquel hombre iba a todas partes con su carpeta, que no tenía ninguna pertenencia más. Todo en una carpeta. Su vida en una carpeta.

Me resulta curioso como podemos llegar a ese pensamiento (o al menos, cómo pude llegar yo). Es una carpeta llena de papeles en los que otra gente dice cosas sobre el paciente. El juez dice que tiene permiso para salir de prisión; el decano de no sé donde dice que ha estudiado y aprobado no se cuál carrera; el médico de turno dice que ha padecido tal y cuál enfermedades; otro dice que ha nacido… En ninguno de ellos dice él nada sobre sí mismo.

Yo también tengo mi carpeta, pero cuando vague por el mundo sólo con mi vida guardada en una carpeta. Procuraré que esté llena de cosas que digan, de mi parte, quién soy yo.