Hacer la vida fácil, o vivir la vida fácil… lo único de fácil que tiene es decirlo. Se puede simplificar, pero no por ello va a ser menos complejo (por paradójico que suene).
Ésta es otra de esas verdades que probablemente no lo sean tanto. Las cosas complicadas son complicadas las mires por donde las mires y las tomes como las tomes. PERO (y recordad que lo importante de las frases con «pero» es que todo lo que hay antes del «pero» es completamente innecesario) eso no quiere decir que tengamos que abordar estos temas desde su dificultad.
«¿Pero de qué estás hablando? Dices que las cosas no son sencillas, que no se pueden hacer más sencillas… ¿pero que no por ello tenemos que tratarlas como complejas?» Pues sí, digo precisamente eso. Digo que por todas partes se dice que lo hagas fácil, que lo «descompliques,» y que nadie tiene la menor idea de cómo se hace eso.
Para mí el truco sí que es sencillo, y vale para todo: Ten las cosas claras. Ten claro cuál es el problema, ten clara cuál es tu situación, ten claro cuál es tu objetivo. El camino no será más fácil por ello, pero no añadirás complicaciones innecesarias
En resumen, el mensaje es que, a pesar de que digan tanto sobre el «easy way,» el camino que prefiero tomar es el «not unnecessarily complicated way.» ¿Hacer las cosas más fáciles? No, que sea difícil me espabila y enseña, pero tampoco hacerlas más difíciles de lo que son y tener siempre en mente que, probablemente, cualquier situación difícil ya la he convertido sin querer en más complicada de lo que es. Así que, por mi parte, pensar, tener las cosas claras, quitar morralla y a vivir.
Así de sencillo, así de complejo.
bieeeeeeeeeeen
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