En esta ocasión me gustaría reivindicar el otro punto de vista. El que solemos perder cuando nos cegamos en la visión catastrófica de las cosas.
Hay ocasiones en que lo que vemos no es tan cierto como lo percibimos, y otras tantas en que verlo a través de un cristal o filtro que nos permita ensalzar o difuminar ciertos detalles no lo hace menos acorde a la realidad.
Reivindico la sonrisa de aquellos que cuando no les gusta el color del mundo que ven se ponen sus cristales tintados en vez de cerrar los ojos. Más aún si en vez de colorear su vista colorean su mundo, brocha en mano y sonrisa en cara.
Por algo se dijo “para gustos los colores” y añado “para colores los días.” Y que mañana adore el color que ayer aborrecí mientras hoy mi paleta adorna el resto del mundo.
Y a ti, ¿qué te hace sonreír?