Me decían, hace unos días, <<Ahora que estoy bien, tranquilo y en paz. Ahora que no quiero nada. Ahora me mira todo el mundo>> (En el sentido de «ligoteo discotequero,» por así decirlo).
Y es que algo muy atractivo y muchas veces imperceptible es la tranquilidad y la seguridad. A veces quien anda buscando acaba pareciendo un chihuahua nervioso. Alguien en paz tiene más facilidad para transmitir la paz y, además, es más fácil encontrarse en paz al lado de alguien que transmite paz, así de sencillo.
A veces está el pensamiento aquel de «ahora que ya no me hace falta…» Probablemente no hacía falta antes tampoco. Y no se trata de fingir estar en paz para atraer lo que buscamos y, por fin teniéndolo, poder estar realmente en paz. ¿Y entonces cómo? Creo que aquí es donde entra toda la corriente del Mindfullness, de descubrir que «no hace falta» y que la paz es alcanzable en casi cualquier momento y por casi cualquier medio (aunque en función del momento y el medio, puede ser bastante más complicado en algunas ocasiones).
Para mí se trata, en definitiva, de no dejar que nuestra situación más óptima dependa en una medida tan grande de factores externos y que sepamos jugar con las cartas que tenemos para ser la mejor versión de nosotros mismos.
En definitiva: Calma, paz y que te miren más ;)