Después de un mes agotador, con varios proyectos danzando, requiriendo mi atención y alguno de ellos tan grande e «inabarcable» como pensaba que era el NaNoWriMo para mí, al final noviembre ha acabado. Éste es el resumen de lo que ha supuesto el National Novel Writing Month, el reto de las 50.000 palabras, para mí.
Al igual que hice con la entrada presentando el reto en sí, con un listado de los motivos que me llevaban a embarcarme, por fin, en el desafío, esta entrada también la abordaré en forma de lista. En este caso, la lista es de cosas (a falta de otra palabra mejor…) que me ha aportado participar este mes en el NaNoWriMo.
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Orgullosa alegría y agotamiento. El sentimiento de ganar el NaNo (ganar = escribir al menos 50.000 palabras) es maravilloso. Es sentir que eres capaz, que puedes, que ningún reto te queda grande (luego lo piensas y no es así, pero… baaaah, lo importante es sentirte así de bien), es como cuando paras después de una sesión de mucho, mucho ejercicio, y paras porque ha terminado, no porque no puedas más. De hecho, mientras te derrumbas en el suelo jadeante y sudoroso, piensas en todos esos momentos durante la sesión de ejercicio
(escritura)en los que «no podías más» pero aún así seguiste, demostrando que sí que podías más. Y aunque no tienes pulmones suficientes para recuperar todo el aire que te falta, sabes que lo has conseguido, que has roto tus límites, y que te sientes feliz. -
Autoconocimiento, otra vez. Cuando tienes que dedicar mucho, mucho tiempo a escribir, teniendo en cuenta que, muchas veces, escribir es una tarea solitaria, uno acaba conociéndose mucho más de lo que en un principio espera. Aunque lo que conozca sea de nuevo las mismas cosas de siempre. Como cosas nuevas, he descubierto que puedo manejar una historia compleja sin perderme en ella, hasta el punto de que en este mes se ha vuelto mucho más compleja de lo que hubiese esperado en un primer momento. Como cosas antiguas, que soy un procrastinador nato, que tengo una gran facilidad para dejar las cosas para el final, y que para compensar puedo ser capaz de hacer un esfuerzo muy, muy grande, que equilibre la balanza. Se puede ver claramente en la gráfica, en la que he permanecido siempre por debajo de donde debería estar hasta el último día, en el que escribiendo más de 17.000 palabras, alcanzo una media de 1.667 diarias, dice mucho de mí ^^U Me gustaría poder ser más consistente, y voy haciendo mis cosillas para mejorar ese aspecto, pero mientras tanto también acepto que trabajo así, hay que conocer fortalezas y debiliddes de cada uno.
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Inercia. A pesar de mi inconsistencia a la hora de escribir, creo que el avanzar tanto la historia hace que muera de ganas de querer avanzarla más. Constantemente estoy teniendo ideas de qué hace quién y dónde y cómo y por qué y quién se entera y quién no, las trabas que se ponen, las trabas que se encuentran… el progreso de todo, en definitiva. Ahora estoy en ese momento de inercia, que espero no perder.
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El contacto cercano con otros escritores. Aunque lo que me había echado para atrás otros años era no conocer a nadie con quien «picarme» en el NaNoWriMo, quise apuntarme este año, en el que las circunstancias no habían cambiado. Sin embargo a través de otra plataforma conocía a un chico de Argentina que también se apuntaba (y que también ha ganado :D) y, una vez dentro, y fundamentalmente la última semana, una serie de paseos por el foro del NaNoWriMo hicieron que sacara la cabeza de mi ombligo y viese al resto de gente que estaba metida hasta el fondo en el reto y que peleaban más o menos duro, según las circunstancias de cada uno, por sacarlo adelante. Gracias a esto no tiré la toalla cuando me quedaban 20.000 palabras y dos días.
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Escribe, no planifiques. Esto era algo que de primeras esperaba que me diese el NaNo, y no ha sido así. Pero no ha sido así porque he escrito muy poco, hasta el último día, el de las 17000 palabras. Fueron 14 horas de escribir (redondeando), con mis parones, mis «no sé que escribir ahora» y con presión, mucha presión. Tanta que tuve que escribir sin saber qué estaba escribiendo, precisamente una experiencia que esperaba sacar del reto y que no estaba teniendo hasta el último día. El resultado, para mí, ha sido sorprendente, textos que a mi gusto aunaban el tensión que requería la trama con el humor que tenía el personaje implicado, algo que siempre me ha costado y siempre me parecía antinatural al no pensarlo, me ha salido más fácilmente y
(creo)mejor. -
Un tirón para la novela. En la anterior entrada hablaba del NaNo como el mes en el que acabaría mi novela. Realmente ha sido el mes en el que la he comenzado, pero comenzado de verdad. Ha avanzado mucho, tanto en complejidad, como en palabras, como en desarrollo de personajes (y en todas esas categorías aún le queda mucho por avanzar). El final de la novela es un poco como el horizonte, y tanto he andado tanto se ha alejado, pero acabaré llegando.
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Apoyo, alegría ajena y enhorabuenas. No está de más decirlo, que te plantees un reto, que lo consigas y que la gente te venga a dar la enhorabuena y a felicitarte, es otra de las muy buenas experiencias que me ha brindado el NaNo. El resultado puede no ser un novelón (o puede que sí, yo voy a poner todo de mi parte porque lo sea, y si no lo es, ya lo será la siguiente y así sucesivamente), pero entre las muestras de apoyo me he abierto un poco más a contar cual es la idea y la sensación de tener varias personas esperando para leerla, pero dicho de verdad, no por quedar bien, es un halago y un motivo de presión a partes iguales que puede hacer que no me estanque de nuevo con la escritura. No voy a correr, lo tengo claro. Además, una vez terminada necesita revisión y cuchillo. Pero por fin veo que puedo terminarla, algo que nunca antes había visualizado, y además veo mucha gente que espera que la termine. Y me hace feliz.
¡50.000 veces felicidades, querido Jorge!
Siempre me ha llamado la atención esta palabra nuestra, en plural. Hoy la veo clara. Son dos «felicidades», la tuya y la mía, germinadas de la misma semilla: «La Luna sobre la ciudad del pecado».
He estado rezando por ti además de animarte en las horas de la presión final, cuando compartíamos el Twitterbus a finalísimos de noviembre.
Te doy las gracias por el esfuerzo de narrar la historia de este mes en tu vida, y por haber vencido.
Cuando alguien vence un reto, el mundo es un poco mejor. Gracias por ello, querido y entrañable amigo.
:-)
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Te entiendo mas de lo que crees
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Felicidades!!!! eres un crack :)
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Muchas gracias =D
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